Durante la guerra de la Triple Alianza el 25 de noviembre de 1865 el mariscal Francisco Solano López se trasladó desde Humaitá a Paso de Patria y asumió el mando directo del Ejército Paraguayo. Ordenó la fortificación de Paso de Patria y de Itapirú, atento a la inminente invasión aliada.

Con este mismo objetivo ya había dispuesto que con miras a evitar cualquier intento de invasión naval por parte de las tropas aliadas, fueran instaladas 6 piezas de artillería en los montes situados sobre la orilla del río Paraguay a cerca de 2 km de la confluencia con el río Paraná. Otras 6 piezas se instalaron en Itapirú y 60 piezas llevadas desde Corrientes a Paso de Patria, cuya defensa contaba ya con 100 cañones. En Humaitá solo quedaron artilleros y en la frontera algunos escuadrones de caballería.